Andrés Agustí, lo conocí en PPCA, legendaria agrupación de cineastas de los años 70 (siglo pasado) que se formó alrededor de Alfredo Anzola, Juan Santana y Fernando Toro. En su sede de Colinas de Bello Monte se generaba una actividad febril que provenía de su sentido coperativista de trabajar. Era un grupo dinámico y festivo que había ya producido un largo documental sobre la gira del músico Carlos Santana por latinoamérica y se disponía a rodar "Fiebre", donde Juan Santana, con guión de Salvador Garmendia recreaba la novela de Miguel Otero Silva para dibujar un panorama de la juventud de la generación del 28 que se enfrentaba al dictador Juan Vicente Gómez y, Alfredo Anzola, con "Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia" (guión de Gustavo Michelena) nos presentaría una Caracas pícara que se vacilaba a un estafador de clase media alta. En ese grupo estaban, entre otros, Mario Nazoa, Olegario Barrera, Miguelángel Buonafina, Anita Pantin, Luisa De la Ville, Gustavo Michelena y Andrés Agustí, entre otros.
Andrés era un tipo tenaz, quien había estado viviendo de arreglar equipos de aire acondicionado con pasión por la fotografía. Así lo conocí. Empeñado siempre en llegar a la raíz y el porqué de las cosas. Ese camino que arranca en la calle Caroní de Colinas, nunca pararía. Hace una película de cortometraje que es uno de los grandes logros del cine venezolano, "El cine somos nosotros" donde explora la relación del espectador con nuestro cine, con un sentido del humor y del análisis que da paso a una obra cada vez más curiosa, indagando en el ser y la conciencia nacional.
Entretanto yo estaba en el grupo del Departamento de Cine de la
Universidad de Los Andes y Carlos Rebolledo me comisiona para que trate de conquistar para nuestro equipo a algunos realizadores jóvenes. Comenzó entonces un proceso de seducción con Andrés. quien a mi criterio era uno de los más interesantes que estaban con posibilidades de ser atraídos hacia Mérida. Los postulados de PPCA y los del Departamento tenían mucha similitud. La Universidad de Los Andes nos dejaba una libertad creativa que se parecía mucho al ambiente de los pepecos y ya, en más de una ocasión habíamos cruzado nuestro quehacer cinematográfico.
Después de varias visitas a su apartamento de San Martín, donde disfrutamos del compartir mesa y vino, Andrés decide unirse y cambiar de residencia y de compañeros de ruta, mudándose a la ciudad de Mérida. El resto de la Historia es ya conocida. Desarrolla una carrera creativa en dos direcciones, dándonos una obra sólida y de indagación en el ser nacional llena de aciertos, al punto que toda nueva obra suya despierta siempre mucha expectativa y una indagación en la manera de ver al país y al cine, siendo su carrera como Director de Fotografía una de las más interesantes en Venezuela. Recuerdo cuando hacíamos Cubagua de Michael New, cómo Andrés se fue a la Facultad de Humanidades de la ULA a buscar apoyo para un estudio serio de la imagen del Siglo de Oro español, dado que la novela de Enrique Bernardo Núñez transcurre en dos tiempos históricos y uno de ellos es el de Nueva Cádiz de Cubagua en los años finales del siglo XV y comienzos del XVI. Todo el trabajo de iluminación que transcurre en lo que llamábamos "la noche de Cubagua" pasa por una recreación de la luz que encontramos en los pintores de esa época, donde resalta El Greco. Así de estudioso y dedicado es el trabajo de mi querido amigo.
Me imagino que de esas visitas a la Facultad le surgieron las ganas de realizar estudios académicos en la ULA, graduándose luego con honores para convertirse en un muy respetado profesor en la Escuela de Medios Audiovisuales.
Tengo tiempo que no lo frecuento en persona, pero siempre estoy pendiente de lo que hace. Mi más reciente encuentro con su obra ha sido la película sobre Fruto Vivas, teniendo muchos deseos de ver su muy comentada "La Plaza" que se premió en el reciente 19 Festival de Cine Venezolano en Mérida.
Hoy, mi amigo Andrés está atravesando una complicad situación de salud y la verdad, es que conmueve mucho. Espero, como tantos otros, que logre superar este momento. Para él y para su familia, un gran abrazo.
Donald Myerston
24 de julio de 2023
(Fotos: Rafael Lacau)
